
La industrialización de la edificación ya no es una promesa: es un cambio de paradigma. Un nuevo modelo de construcción que no solo mejora la eficiencia energética, sino que exige una forma diferente de trabajar: coordinación real entre industriales, arquitectos, promotores y constructoras desde las fases más tempranas del proyecto, especialmente en el diseño de la envolvente.
En el marco de CONSTRUMAT 2025, y gracias a la organización de URSA, se celebró un encuentro clave en el stand cedido por Deceuninck (¡gracias, Antonio!) que reunió a referentes del sector en torno a un reto común: cómo alinear soluciones técnicas de distintas marcas para lograr envolventes de altas prestaciones en edificios industrializados.
El debate fue moderado por Helena Platas, periodista especializada en arquitectura y construcción, y contó con la participación de:
• Antonio Domínguez, responsable de proyectos y prescripción en Deceuninck
• Gemma Anguera, directora comercial de Evowall
• Eduardo Gayoso, sales manager de EQUITONE Iberia
• Erika Ibargüen, responsable de especificación en URSA
Industrialización: una forma de construir… y de colaborar
La industrialización no es solo una mejora técnica. Es una transformación cultural. La cooperación entre empresas es hoy más necesaria que nunca. Solo desde esa colaboración puede diseñarse una solución donde cada elemento –estructura, aislamiento, cerramientos y acabado– funcione como un todo.
En ese contexto, Antonio Domínguez (Deceuninck) presentó el concepto del Hueco Perfecto Industrializado, una solución integral para carpinterías que garantiza hermeticidad, eficiencia energética y calidad en obra. Este tipo de innovaciones no pueden entenderse de forma aislada: "la mejor ventana necesita un muro que esté a la altura", señaló Domínguez, abriendo así el diálogo con el resto de fabricantes.
Evowall: cuando el muro ya es futuro
Desde Evowall, Gemma Anguera aportó una visión clara: “Nuestra envolvente estructural va más allá del cerramiento. Integra aislamiento, instalación y acabado, acorta plazos y elimina errores de ejecución”. En Evowall no venden paneles: ofrecen sistemas completos ejecutados por equipos propios o certificados. Esta filosofía garantiza que lo proyectado es lo que se construye, sin improvisaciones. Para una marca como EQUITONE, que apuesta por la precisión y el diseño como valores diferenciales, Evowall representa un aliado estratégico de primer nivel.
EQUITONE: precisión y libertad en la piel del edificio
Eduardo Gayoso destacó cómo los paneles EQUITONE se integran fácilmente en sistemas industrializados gracias a su ligereza, gran formato, mecanización sencilla y resistencia al fuego (A2). Con certificación Cradle-to-Cradle, estos paneles no solo responden a criterios de sostenibilidad: permiten a arquitectos y constructores mantener una estética de alto nivel en un entorno técnico cada vez más exigente. “Nuestra compatibilidad con el estándar Passive House lo demuestra: belleza y eficiencia no se excluyen”, añadió.
URSA: eficiencia desde el inicio del proceso
Erika Ibargüen (URSA) subrayó que la industrialización no solo reduce tiempos y errores: también garantiza que el aislamiento instalado sea el especificado y evita sustituciones en obra. En su apuesta por la construcción en seco, URSA impulsa un modelo donde el control, la reducción de residuos y el rendimiento energético se integran desde el diseño. Y no solo como producto: también como cultura empresarial.
El futuro es colaborativo
Desde EQUITONE, creemos que la revolución que vivimos no es solo tecnológica: es cultural. El cambio real sucede cuando industriales, arquitectos, promotores y constructoras se sientan juntos a resolver, no a competir. Y ese espíritu fue el que se respiró en CONSTRUMAT 2025.